Polyprint ha estado presente en el mercado de la impresión textil directa DTG desde los inicios y aporta toda su experiencia diseñando, desarrollando y fabricando sus impresoras DTG en sus oficinas de Grecia. George Beglopoulos revela cómo la compañía se supera continuamente.
La empresa Polyprint fue creada en 2003 pero sus raíces se remontan cuatro décadas atrás a 1976 cuando Nikos Beglopoulos montó un negocio de venta de maquinaria y consumible para serigrafía.
En los 80 y principios de los 90, Thessaloniki en el norte de Grecia, donde se encuentra Polyprint, fue una de las más importantes regiones para la impresión textil en toda Europa. “Había miles de empresas personalizando prendas para marcas famosas como H&M, Adidas, Nike, etc y muchas otras marcas de moda” recuerda George Beglopoulos , hijo de Niko y actual CEO de la compañía. “Fue emocionante visitar clientes y ver cómo se fabricaban y personalizaban prendas”.
El padre de George ayudó a crecer a muchos pequeños clientes no solo vendiendo las máquinas y tintas que necesitaban sino también enseñándoles a estampar. Desde una temprana edad, George aprendió también del negocio, ayudando a rellenar botellas y visitando a serígrafos con su padre durante las vacaciones del colegio – fue siempre su intención, como él dice, trabajar en el negocio de su padre.
A finales de los 90, el negocio de la serigrafía en Grecia había colapsado casi al 90%, relata George, cuando todos los trabajos se enviaron a países de Europa del Este y Asia. “Muchos de los talleres de serigrafía y fabricantes de textil cerraron – la impresión digital era la única manera de sobrevivir ya que permitía producir pequeñas cantidades y servir rápidamente a los clientes europeos”.
La compañía se adaptó rápidamente y en 1998 vendió una de las primeras impresoras de sublimación de Manoukian (ahora Kiian). George, ahora estudiando química en la universidad de Thessaloniki, ayudó a instalarla. “Mientras estudiaba también trabajé a media jornada como técnico y ayudando con las instalaciones”. Fue inevitable que de los 15 temas disponibles para su tesis en el año 2000, él optó por la impresión digital en el Instituto de Textil de Bélgica. “Cuando volví, tenía todos los conocimientos para comenzar el negocio (Polyprint) y sabía cómo centrarme en la impresión digital.”
Los comienzos
Todavía era, de todos modos, temprano para la impresión digital y su industria. “Mostramos una tecnología que el mercado no estaba todavía preparado para adaptar”, explica George. “La tecnología tampoco estaba preparada porque las impresoras eran demasiado lentas incluso para realizar muestras y las tintas, el software y el know-how mejoraba día a día. En los comienzos fue muy difícil obtener buenos resultados con la tecnología existente y también tuvimos que educar al mercado sobre la tecnología y los beneficios que podían obtener con ella.”
La compañía comenzó con la sublimación así como con otros procesos digitales como tintas reactivas con el foco en las máquinas roll-to-roll o rollo a rollo. Se convirtieron en distribuidores Mimaki en Grecia así como distribuidores DuPont. En este momento, año 2003, Polyprint solo contaba con cuatro empleados: George, su padre y otras dos personas. “Llevaba a cabo soporte de ventas, instalaciones, atención al cliente – Tuve la oportunidad de aprenderlo todo al estar en contacto día a día con los clientes así como entender sus necesidades y puntos de dolor (pain points). Fue un periodo donde estuve muy ocupado pero aprendí mucho.”
Los clientes demandaban, cada vez más, imprimir directamente sobre camisetas. “Los clientes no dejaban de preguntar por soluciones de impresión directa”, dice George. “Esto es lo que nos llevó a desarrollar nuestra primera impresora DTG.”
Crecimiento rápido
Polyprint vendía maquinaria de gran formato de un fabricante italiano y les comentó la posibilidad de fabricar una máquina basada en Epson. Estos, se dieron cuenta rápidamente del gran negocio que podría significar y Polyprint decidió embarcarse solo en la aventura de desarrollar su propia impresora basada en tecnología Epson. Les llevó cerca de dos años fabricar la novedosa TexJet TX4260 presentada en 2005 en la feria SGIA de los Estados Unidos.
Era, dice George, una máquina muy diferente a la que venden actualmente. “En 2005 solo estábamos nosotros, Brother y Kornit. La gente era muy escéptica al DTG porque por aquel entonces no existía la tinta blanca y solo se podían imprimir prendas blancas. La tinta blanca llegó algunos años después y todavía costó unos años más que se volviera fiable.”
“La calidad hoy es mucho, mucho mejor. Las tintas han mejorado, el software ha mejorado, realizamos mucho trabajo en perfilado de color y también la calidad general del equipo ha sido mejorada comparado con los primeros sistemas.”
Fue muy difícil los primeros años, admite George, pero el interés en la impresión directa creció rápidamente alrededor de todo el mundo al tiempo que la tecnología mejoraba. “Para nosotros, como empresa, el crecimiento de clientes fue mejorando año a año pero en 2012 vino el verdadero cambio.” Fue una combinación de los sistemas, el software, la tinta y el conocimiento creciente de los clientes mientras el mercado iba madurando. También fue el año del lanzamiento de la TexJet Plus, un modelo “muy, muy bueno y fiable”. En 2014, la red de distribuidores de Polyprint se extendía a 55 países.
En 2016, la TexJet Echo y la TexJet Shortee, más compacta, fueron presentadas, seguidas en 2019 por la TexJet Echo2, que fue lanzada en enero y por la Shortee2, presentada en la pasada edición de Fespa.
Las dos nuevas máquinas pueden parecer una simple actualización, pero la realidad es muy diferente y refleja el gran cambio que atravesó la compañía en el último año. Ahora lo hacen todo en casa. “Fuimos capaces de hacer una gran inversión en investigación y desarrollo de modo que construimos un muy buen equipo con muy buenos ingenieros,” dice George. “En realidad, se trata de dos nuevas impresoras. El diseño general es completamente nuevo porque ahora todo el diseño, ensamblaje así como la programación de la electrónica y el software y firmware se realizan en casa.”
“Hace dos años estábamos subcontratando todas estas piezas a colaboradores que teníamos en Grecia; los últimos dos años lo hemos desarrollado todo nosotros. Ahora, todo está siendo diseñado, ensamblado y fabricado por nosotros.”
El cliente elige las opciones
Esto ha permitido a la compañía añadir más características que los clientes demandaban y son capaces de adaptarse a las necesidades de cada negocio. “Por ejemplo, hemos añadido sensores de temperatura y humedad en la máquina, así como un software que permite al cliente conocer si las condiciones en las que está trabajando la máquina son las más adecuadas. De este modo se evita causar daño innecesario a la impresora.”
Los clientes pueden elegir entre dos tipos de tinta y de configuración de tinta. “Por ejemplo, muchos clientes quieren imprimir prendas claras y oscuras cuando están empezando. No obstante, con el paso del tiempo se dan cuenta que las impresiones sobre prendas claras aumentan por lo que prefieren comprar una segunda impresora con doble CMYK de manera que son capaces de doblar la velocidad de impresión. Y además pueden deshacer el cambio cuando quieran; otros fabricantes no ofrecen esta característica.
Otra opción importante, dependiendo del flujo de trabajo, es la posibilidad de utilizar un sistema de cartuchos rellenables o cartuchos sellados de un solo uso. Los cartuchos sellados rinden mucho mejor cuando no se utiliza la impresora todos los días y requiere menos limpieza. Si el negocio crece y es necesario imprimir todos los días, pueden cambiar a cartucho rellenable y ahorrar alrededor del 50% en tinta.
Nuestra estrategia como empresa es ofrecer opciones porque no todos los clientes tienen las mismas necesidades. Incluso sus necesidades cambian con el tiempo y nuestras impresoras deben adaptarse a ellos.”
Lista de espera
La respuesta a la presentación de la nueva TexJet Echo2 ha sido espectacular, comenta George. La compañía que habitualmente cuenta con máquinas en stock para servir en 24 horas se está enfrentando a listas de espera que esperan se normalice en Julio.
También han presentado este año en Fespa un prototipo de máquina pretratadora y han obtenido un valioso feedback de clientes y distribuidores. Este feedback del mundo real será esencial para perfeccionar el producto. “Esta es la base para crear un producto que funcione”, dice George. Está seguro de que será un super-ventas: “Contamos con más de diez años de experiencia vendiendo y dando soporte de máquinas pretratadoras así que creemos haber identificado todos los puntos flacos.”
Todas las ideas son bienvenidas
Polyprint cambió su logo este año incluyendo un símbolo de infinito que representa los cambios que la compañía ha sufrido en los últimos tiempos. “Con el nuevo logo queríamos reflejar que algo había cambiado en la compañía – ahora somos más potentes en habilidades técnicas y tenemos el potencial de desarrollar y fabricar productos de alta tecnología. Somos mucho más pequeños que las grandes marcas con las que competimos, pero nuestro pequeño tamaño nos permite ser muy flexibles y rápidos para adaptarnos a las necesidades del cliente. Todavía contamos con la gente que empezó el proyecto muchos años atrás. Nuestra experiencia y conocimiento es tan grande y profundo que nos permite diferenciarnos de la competencia. Y no creo que sean capaces de alcanzarnos.”
Otro aspecto que hace destacar a Polyprint es la visión de Nikos y el efecto que tiene sobre George. “La idea de entrar en las impresoras digitales fue de mi padre. Por aquel entonces estaba estudiando química y cuando mi padre me dijo ‘Mira, habrá máquinas con tinta de pigmento en un futuro’ le dije ‘No, papá, estoy estudiando química y es imposible que sean capaces de funcionar juntas.’ Él tuvo razón. Tiene un montón de ideas revolucionarias y he aprendido la lección así que ahora voy detrás de cada idea aunque parezca imposible. No ignoro ninguna locura.”
Fuente: Revista Images